"La vida de los hombres forma las raíces, sus obras son la consecuencia…"
Tzetan Todorov, Crítica de la crítica, Barcelona, Paidós, 2005.
La figura de Eugenio Daneri (1881-1970) se impone como una presencia insoslayable en la historia del arte argentino y es uno de los referentes de la denominada Escuela de La Boca.
Pero Daneri no será solamente un pintor que pinte el Riachuelo, sus barcas y casas del barrio, es un pintor de cautivantes retratos y autorretratos. Como su admirado Van Gogh, Daneri se pintó en varias oportunidades a sí mismo…
Pero no sólo serán los retratos, como el mismo Van Gogh que fue a predicar a las minas, Daneri pintó a los personajes del barrio, como El zapatero de 1957.
Pero el barrio de La Boca, el Riachuelo y sus barcas, las casas de chapa son un tema constantemente frecuentado por el pintor, caracterizándose a diferencia de Quinquela por una materia densa y de bajas saturaciones cromáticas, un pintor crepuscular… Sus obras surgen de las sombras, y lo que se juega es lo visible en relación a un cerco, una abertura, que gira alrededor de la mirada…
Sin embargo el pintor no tendrá un estudio en el barrio, sino en Palermo, en la calle Malabia, cerca de donde había nacido (Junín y Charcas). Dos pequeñas habitaciones dan a un patio con una escalera desvencijada… el patio está repleto de magnolias…
el pintor entorna las ventanas para trabajar durante el atardecer con la luz crepuscular que necesita…
Referencia bibliográfica: Eugenio Daneri, La mirada desde la sombra, Editorial Fundación OSDE, Buenos Aires, 2008.
1 comentario:
Luz misteriosa, crepuscular.
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