Retornamos a los posteos del AVBlog luego de una pausa...
La ocasión es presentarle a los estudiantes del taller una de las obras maestras que visitaremos en el próximo viaje a Tucumán: la casa Torres Posse del Maestro Eduardo Sacriste.
Sacriste nació en la ciudad de Buenos Aires el 17 de abril de 1905 y murió en Tucumán el 9 de julio de 1999. Se graduó en la UBA cuando la Escuela de Arquitectura aún dependía de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, su ingreso data del año 1924 y se recibió de arquitecto en 1931. Sus primeras obras fueron en Buenos Aires como la casa económica en el Barrio de Belgrano que realizó junto a Marcelo González Pondal en 1934 y publicada en la Revista de Arquitectura Nº 164, en el link del archivo de la Biblioteca de la FADU UBA pueden ver la revista completa.
Esta primer obra, muy funcionalista en su estética y concepción estaba aún alejada de esa Modernidad Apropiada más americana que veremos en la Casa Torres Posse y que formó parte de su producción posterior y que iremos recorriendo en sucesivos posteos antes de nuestro viaje.
Luisa García Hamilton dice. "Tafí Del Valle nace a los pies de los cerros Negrito, Ñunorco y Muñoz, en una zona baja rodeada de montañas, de imponente paisaje y gran popularidad entre los tucumanos que buscan allí el refugio del agobiante calor estival. A 2000 metros de altura sobre el nivel del mar, Tafi genera un microclima de noches frescas.
La ocupación prehispánica es aún visible en la piel tostada y el modo suave y silencioso de la gente del lugar así como también de los vestigios de las antiguas viviendas de piedra"...
En 1958 el ingeniero Guillermo Torres Posse encargó a Eduardo Sacriste el diseño y la construcción de una casa de veraneo. El cliente era como él un maestro de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Tucumán, además de un amigo muy querido. Esto implicó una gran libertad creativa para el arquitecto, dado que su cliente ya estaba empapado de las nuevas ideas de la Arquitectura Moderna.
Los Torres Posse eran una familia numerosa de clase media. Padre docente, madre ama de casa y ocho niños en edad escolar.
Sacriste buscaba, ya más a tono con el modelo organicista de Wright, y lejos de ese primer funcionalismo ortodoxo-europeo y moderno una Modernidad Apropiada al lugar.
Se trataba de un lote extenso de 5.800 metros cuadrados con sus lados cortos orientados al norte y sur, una suave pendiente y algunos accidentes puntuales y abruptos. Sin pudor alguno Sacriste sitúo la casa en la parte baja del lote, casi pegada al límite sur y sobre un profundo terraplén, aprovechando para dividir el programa en diferentes niveles en una clara zonificación funcional.
La entrada se encontraba en un nivel intermedio accesible desde el exterior a través de una escalera. Allí se situaba un pequeño hall, el comedor y la cocina y una amplia galería abierta al Norte.
Desde este nivel se distribuían los flujos hacia otros dos, un nivel más bajo asequible también desde el garage que contenía el living y el dormitorio principal y uno superior estructurado en torno a una larga circulación con los dormitorios a un lado y un muro equipado con placares al otro, además de un único baño dividido en tres tiempos: lavabos, duchas y sanitarios.
La unidad formal estaba dada por la cubierta de doble altura que, al tiempo que generaba la integridad espacial, permitía el ingreso del sol del Norte que bañaba de luz a las habitaciones ubicadas al Sur.
Un esquema sencillo materializado de una forma austera coherente con la cultura material del lugar: una gruesa envolvente de piedra, pisos de tejuela y la luz del lugar empleada como material de construcción.
Pequeños vanos al Sur para protegerse del frío y la lluvia, configuran a la vez pequeños miradores; grandes puertas al Norte que, con la galería dan apertura al jardín.
Llama la atención el mínimo gesto formal de quiebre del eje recto de composición en planta. Eso enfatiza la ruptura del programa en los diferentes niveles de la casa. Abriendo la casa al Norte, logrando que el contrafrente, de cara al jardín, se convierta en la fachada principal y que el exterior se integre a la arquitectura al punto de constituir una habitación más de la casa.
De lejos la casa se percibe como una linea horizontal blanca, marco de una arquitectura que brota de la tierra. Desde lo bajo se desdibuja entre frondosos pinos, desde lo alto va asomando tímidamente, sin imponerse al lugar. En esto la obra es muy wrightiana: Sacriste citaba al Maestro de Taliesin: "La obra debe ser la inspiración de un sitio, la obra no debe imponerse al lugar, debe rodearlo como la ceja a un ojo..."
Una Modernidad Apropiada a esta tierra, no dogmática en su forma y lenguaje. Materiales y técnicas locales, empleados con gran novedad y maravillosamente conjugados en su forma y escala.
La casa se mantiene intacta después de todos estos años pasados...
Sacriste además de un gran profesional fue Maestro de varios arquitectos, prueba de ello son algunos de sus libros publicados y que recomendamos leer y buscar.
Charlas a principiantes, un clásico editado por EUDEBA, es el libro introductorio a la arquitectura de varias generaciones de arquitectos.
Usonia, es un análisis y homenaje pormenorizado de varias obras de Frank Lloyd Wright y,
Huellas de Edificios es un análisis formal y en escala de las planimetrías a escala de edificios notables de todos los tiempos, al modo de la tratadística de Louis Durand y sus Precisas Lecciones de Arquitectura (1802-1805).
Recomendamos finalmente leer antes del viaje el libro Eduardo Sacriste del Instituto de Arte Americano (IAA) de la FADU UBA junto a Clarín ARQ editaron en 2014 sobre el Maestro por Olga Paterlini.
Créditos fotográficos de la casa Torres Posse: Julio Pantoja, editorial 1:100 y Manuel Alazaraki, publicados por el sitio Of Houses.
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