sábado, 1 de octubre de 2022

MAR DEL PLATA MODERNA-CRONICA DEL VIAJE

VIERNES 23/9

El pasado fin de semana dos días después del equinoccio solar —día de la primavera— un grupo de 58 estudiantes y docentes del taller nos fuimos a recorrer el rico patrimonio moderno de la ciudad de Mar del Plata.

A las 6 AM nos encontramos los viajeros en la esquina de Cabildo y Vedia (CABA) con el micro de la empresa que nos trasladó a la ciudad balnearia distante 400 km. de Buenos Aires.

Llegamos alrededor del mediodía a nuestro hotel y desde allí y luego de dejar nuestro equipaje nos trasladamos a nuestro primer destino: la Unidad turística de Chapadmalal, al sur de Mar del Plata.

Previamente hicimos un alto en el camino en el viejo parador Aristón obra pardigmática de la modernidad rioplatense cuyo autor es Marcel Breuer. Breuer llegó a la Argentina en el mes de agosto de 1947 y permaneció en el país por espacio de dos meses. Había sido contratado por al Facultad de Arquitectura (nuestra actual FADU) para dar un curso de ocho semanas. En Mar del Plata debería enfrentar el paisaje desolado de los acantilados. Con el deseo de valorizar con construcciones de jerarquía arquitectónica a la nueva villa, y conscientes de jerarquizar a la Argentina con obras de arquitectos de renombre universal, es que se le encargó a Breuer el Parador Ariston en el Parque de Playa Serena, a dos kilómetros y medio del faro de Punta Mogotes. Con la colaboración de los arquitectos Carlos Coire (en ese entonces Decano de la FAU) y el arq. Eduardo Catalano.

El estado actual de la obra difiere lamentablemente bastante del original!


Desde allí nos partimos a la Unidad turística de Chapadmalal, al sur de Mar del Plata. 

Visitamos al responsable del hotel Nº 4 —el arq Bruno Bianco— a cargo de la inspección de la obra en proceso de restauro. 

Ícono del turismo social en la Argentina su construcción comenzó en 1945 a instancias de la Fundación Eva Perón. El complejo de fuerte resonancia paisajística y territorial fue declarado Monumento Histórico Nacional por el decreto Nº 784 del año 2013. Distante a 40 km de la ciudad de Mar del Plata es una obra monumental que ha sido el destino de vacaciones de varias generaciones de argentinos. Su importancia radica, en que estos complejos resignificaron el pasaje de un turismo sólo reservado a la clase alta de fines del siglo XIX y primera mitad del siglo XX a un turismo masivo para la clase media y el turismo social para las clases populares durante la última fase del gobierno del General Perón en la segunda mitad del siglo XX.

Llegados sentimos la magnificencia de la obra en relación al paisaje, la nobleza de sus detalles casi pintoresquistas junto a su notable escala. Comprobamos como la suave curvatura de su extensa fachada crea una rambla de notables cualidades espaciales frente al mar y allí nos juntamos para la clásica foto grupal.



Les contamos a los estudiantes la historia del complejo, sus implicancias políticas y sociales como paradigma del turismo social promovido desde el primer gobierno de Perón, todo ello en el marco del antiguo teatro. El complejo cuenta además con cancha de bowling, comedor colectivo y generosas habitaciones, ahora con baños individuales. Posamos juntos en otra foto colectiva que obtuvimos en el antiguo escenario.



Desde allí partimos con el micro a visitar una joya oculta de Chapadmalal: la casa Daneri de Antonio Bonet. Una de las dos casas con techos de tejas coloniales proyectada por el arquitecto. La otra es la Gallarda en Punta Ballena Uruguay, cuyo dueño fue el gran poeta de la generación del 27 Rafael Alberti y su esposa María Teresa León. Obra maestra de la arquitectura doméstica del período rioplatense del arquitecto catalán.  La Casa Daneri se sitúa en un solar emplazado frente al mar, al borde del camino costero que une Mar de la Plata con Miramar y se recuesta en la parte baja de un terreno suavemente ondulado. Nos impresionó el soberbio manejo de la escala, su escueta materialidad de carácter regional—piedra y madera—,  y sus galerías conteniendo una caja muraria compacta. Es una casa marplatense moderna, un regionalismo crítico antes de que lo formulara Kenneth Frampton, lejos del paradigma de la casa cúbica de estilo internacional. Una lección de arquitectura apropiada en tiempo y espacio a un lugar particular.

Impresionante sus enormes faldones, hoy de teja francesa, la galería de tirantes rústicos de quebracho y el muro de piedra. En una de ellas aparecen esculpidos los nombres de sus autores de esta estupenda obra del año 1940.




Hubo un proyecto anterior, más en el tono a la Maison Week-end Jaoul de Le Corbusier, que no se concretó, con una bóveda catalana de cañón corrido.
Partimos de Chapadmalal, ya con destino a Mar del Plata y visitamos la última obra del día. El bellísimo complejo de viviendas Terraza-Palace de Antonio Bonet, punto en el cual nos detuvimos, ubicado en el Boulevard Marítimo a la altura de Playa Grande.

El edificio proyectado entre 1957 y 1958 propone una terraza de jardines escalonados, un nuevo tipo para la ciudad, contrario a toda visión “especulativa” que es por otra parte lo que más abunda y lo que en definitiva predominó en el lugar según vemos en las fotos actuales… El tipo propuesto por Bonet no prospero por la avidez de la especulación inmobiliaria.
Su sección se relaciona con uno de los modelos de la Unidad de Habitación propuestos para el Plan del Bajo Belgrano desarrollado por Bonet, junto a Jorge Vivanco y Jorge Ferrari Hardoy en 1949. También se relaciona con los proyectos Argelinos de Le Corbusier, concretamente con  el proyecto de L’Oued-Ouchaia de 1933. Bonet trabajó con Le Corbusier en su estudio de Páris. En esa ciudad junto a Joseph Luis Sert, otro arquitecto catalán como él, participa en la construcción del Pabellón Español para la  Exposición Internacional de 1937, donde se expondrá por vez primera el Guernica de Picasso junto a una escultura de Calder.



En el estudio de Le CorbusierBonet realiza dos proyectos en estrecha colaboración con el arquitecto y pintor surrealista chileno, Roberto Matta, la Maison de Week-end Jaouly el Pabellón del Agua, edificio principal de la exposición Internacional de Lieja, encargo que finalmente no se realiza. Asimismo, allí traba amistad con Jorge Ferrari Hardoy y Juan Kurchan, jóvenes arquitectos argentinos, que tras su viaje de egresados se quedan en Páris participando en el Plan de Buenos Aires de Le Corbusier, que se publicará por primera vez en 1938. Ellos tres son los autores del famoso sillón BKF, algunos de cuyos ejemplos vimos en la PB del edificio Terraza-Palace.

Luego de un día intenso que comenzó muy temprano, volvimos al hotel para descansar antes de la cena y compartir partidas de ping pong entre estudiantes y docentes del taller.


SÁBADO 24/9
Amanecimos temprano, muchos quedamos exhaustos luego de un día tan extenso, desayunamos —sin dudas lo mejor del hotel— y luego partimos a nuestro primer destino y uno de los platos fuertes del viaje: La casa sobre el arroyo de los arquitectos argentinos Amancio Williams y Delfina Galvez Bunge. Nos aproximamos a la obra en escorzo — al modo de un templo griego— y ahí nos esperaban nuestros cálidos anfitriones. El arquitecto Bruno Bianco, de la inspección de la obra por parte del Ministerio de Obras Públicas y la Dirección Nacional de Gestión de Obras cuya directora es la arquitecta Mariana Quiroga; previo al viaje  Mariana nos dio una estupenda clase en FADU sobre las vicisitudes de la restauración de la casa y el hotel en Chapadmalal. Formó parte también de esa cálida bienvenida  Magali Marazzo, Directora del museo la casa sobre el arroyo y entusiasta de la obra.





Nos juntamos con el grupo bajo el arco que describe la casa y escuchamos algunas de las explicaciones sobre esta gran obra de la modernidad, una de las casas más importantes del Movimiento Moderno a nivel internacional, reconocida por su propuesta vanguardista en relación al paisaje.



Ubicada en un gran predio entre las calles Matheu, Saavedra, Funes y Guido, cerca del estadio de Mar del PlataLa casa sobre el Arroyo,  mal conocida como Casa del Puente —a Williams no le gustaba denominarla así— es una obra del año 1942. El arquitecto junto a su mujer, pioneros de la Modernidad Rioplatense, formularon una propuesta original y vanguardista para una casa “suspendida en el espacio”. La obra la creó para su padre, el pianista y compositor Alberto Williams, en un predio de dos hectáreas propiedad de la familia  en las afueras de la ciudad. El terreno se encuentra surcado por el antiguo arroyo las Chacras, hito fundacional de la ciudad de Mar del Plata. Se implantó con una bóveda cáscara de hormigón armado y martelinado con tres colores de piedras como agregado grueso,  apenas tocando el suelo en dos puntos salvando sus dos orillas y reproduciendo a través de la cáscara la forma de la hondonada de manera simétrica. Como en su primer ejecución la forma no resultó perfecta, Amancio mando a demolerla y construirla otra vez, con los enormes costos que ello implicó.
El bello bosque, ahora en primavera, estaba florecido y es el marco estupendo para esta gran obra.


Williams concibió a la obra no sólo con los postulados de la arquitectura moderna, más precisamente de Le Corbusier, con su idea de una arquitectura suspendida en el espacio de planta libre, con ventanas corridas, y terraza jardín-mirador, sino que conjugaba esos postulados modernos con la topografía. La obra fusionó elementos modernos como el puente, y la terraza-mirador, con la típica casa pampeana de galería. La casa se compone de una serie de cuartos en hilera relacionados con la galería suspendida donde Alberto Williams interpretaba el piano entre la frondosa arboleda de lugar. 

La casa cuenta también en el ingreso del predio con unas construcciones separadas, que oficiaban de servicio y garaje, la casa de los caseros. Si bien se trata de una casa pequeña  y de uso esporádico, sus dimensiones de 9 metros de ancho por 27 de largo y 6 metros de altura, dada su implantación, sus perspectivas en escorzo, dan la sensación de una obra de mayor escala. Las habitaciones de los caseros construidas con bóvedas de hormigón armado se caracterizan por los enormes ventanales curvos, que muestran la copa frondosa de los árboles del bosque y parte del cielo.


El patio curvo entre la arboleda está presidido por un pequeño impluvium romano, que nos recuerda viejas tradiciones de las casas con patio pampeanas...



La lámina curva del puente se relaciona con el perfil del arroyo y las líneas horizontales que guían el diseño de la galería-estar, junto al plano de la terraza de líneas horizontales, refuerzan la idea de una composición de una fuerte geometría abstracta.  El hormigón martelinado y el trabajo de las juntas son los protagonistas...



En planta baja cuenta con dos entradas, que ofician de inicio de la promenade arquitectónica y que llevan directamente al piano nobile del primer piso-galería. La galería-estar cubre con sus 27 metros de largo toda la extensión de la construcción y se comunica con una franca transparencia hacía la arboleda exterior circundante con una carpintería de madera hecha en taller y montada luego in situ. Entramos con el grupo y apreciamos algunos de los detalles de su restauración como los trabajos hechos en solados, carpinterías y muebles recuperados. La casa vuelve a lucir su antigua lozanía.






Toda la estructura interna de la casa era de madera (las divisiones entre cuartos y el estar-galería) pues la idea de Williams, era hacer de la construcción superior algo muy liviano, aéreo y transparente, todo apoyado sobre la gran lámina de hormigón armado. El hormigón tratado químicamente en laboratorio, para que lograra resistir sin mantenimiento el deterioro climático fue martelinado en su faz externa. Luego de la muerte de Williams en 1989, la casa fue declarada Monumento Histórico Provincial
Obtuvimos dentro de la casa una hermosa foto del equipo AVB viajero... y otra grupal en la hondonada del arroyo las Chacras bajo la casa...



Partimos ya avanzado el mediodía con el micro a la segunda obra del día el Cementerio Parque de Mar del Plata de Horacio “Bucho” Baliero y Carmen Córdova, única ex decana de la FADU UBA.

Obra del año 1962, el cementerio es una verdadera joya paisajística que rompió con la vieja tipología de necrópolis amurallada y escindida de la vida urbana. Lamentablemente hoy en día le han construído un muro perimetral alrededor que ha desvirtuado la idea esencial. El complejo se desarrolla al sur de la ciudad, en el antiguo camino a Miramar y como un parque que se despliega en la horizontalidad del paisaje, toma el declive natural del terreno. El paisaje es una brillante interpretación del paisaje pampeano compuesto de visuales que fugan y edificios escultóricos blancos que se destacan entre la forestación conformada por árboles altos que no interrumpen las visuales del paseo. El acceso peatonal llega a una gran explanada curvilínea y derivan en senderos que conducen a las tumbas o suben sutilmente formando la playa de cortejos y la entrada al Panteón Municipal. Los edificios de bóvedas están enterrados en taludes y rodeados por muros que forman terrazas escalonadas verdes.  Las tumbas en cambio forman terrazas escalonadas en el declive del parque como arrozales o cultivos incaicos. La elección de los árboles es esquemática, pero obedece a una idea definida: la intención de MONUMENTALIDAD VEGETAL, dada por grandes líneas de araucarias que por su estructura crean una gran masa lineal y verde en la altura y no forman una pantalla contra los otros tonos iluminados por el sol. Hay también unas fajas más vaporosas, violetas y amarillas de los jacarandaes de la explanada y las acacias. Sauces, cañas y cortaderas se plantaron alrededor de los estanques y todo el concepto deriva de comprender los diferentes planos del paisaje con algunos ejemplares perennes que dan contrastes en verano o se transparentan contra una red de ramas en invierno. En un ángulo del Cementerio Parque se construyó el Cementerio Israelita, cuyo edificio debía integrarse a ese contexto y caracterizarse al mismo tiempo con una definición propia. Se trata también de un lugar para oraciones y cánticos con muros curvos pintados de blanco que se van elevando…

El Cementerio Parque de Mar del Plata es una obra mayor de uno de los referentes de la Arquitectura Moderna Rioplatense. Fundador del OAM (Organización de Arquitectura Moderna)  Horacio “Bucho” Baliero junto a su mujer y socia en aquellos años Carmen Córdova, fue también profesor de nuestra facultad (UB y UBA). Carmen Córdova fue una gran Decana de la FADU, ya en épocas de la democracia.  Ambos fueron mentores a través del OAM, no sólo de la Nueva Arquitectura, sino también de la Nueva Música y el Arte Concreto. El cementerio es la cabal expresión de alguien que entendía que la arquitectura ES CULTURA y es un hecho ESTÉTICO, o en palabras de Bucho Baliero: “La arquitectura es cultura. Es difícil transmitir esto, porque hacer arquitectura es trabajar con ciertos materiales que no son los que utilizan otros que trabajan con palabras, con sonidos o con colores. Es lo perdurable, históricamente. El desafío creativo es la eliminación de lo superfluo. Hacer una estética de lo necesario.”


Llegamos al cementerio y con el grupo comenzamos el recorrido por la promenade descendente, desde el portal donde se encuentran los tanques de agua hacía la capilla, la parada de colectivos y el edificio que aloja las tumbas, con ese magnifico patio a cielo abierto donde dimos una pequeña charla sobre los pormenores de la obra, el encuentro de cielo-tierra-dioses y mortales en un magnifico juego de luz y sombra donde acontece la fluyente temporalidad...



O el juego sabio y magnifico de los volúmenes bajo la luz del sol...








Desde allí ascendimos nuevamente a la superficie, luego de esta experiencia metafísica, y nos dirigimos al monumental puesto de flores, ubicado en uno de los bordes del cementerio. Otra vez la aproximación en escorzo es el leit motiv de la composición.


Bajo el puesto de flores algunos intrépidos osaron subir a la superficie de las cáscaras y contemplar desde allí el soberbio paisaje...






La última foto grupal del día sería bajo esta estupenda estructura...

La tarde soleada y de buena temperatura era propicia para una excursión a la playa. Volvimos al hotel en la zona de la Perla y todos nos fuimos a disfrutar del mar que estaba frío y las últimas horas del día contemplar la noche de la ciudad frente a él...




Luego fuimos a cenar con el grupo a Montecatini y celebramos nuestro viaje con un brindis...


DOMINGO 25/9

El tercer y último día de nuestro viaje amaneció soleado y otra vez temprano fuimos a desayunar en el hotel y partir ahora a pie a las obras que coronarían nuestro viaje a Mar del Plata Moderna.
En este caso dedicamos la mañana a ver obra de Antonio Bonet en dos paradigmáticas de esa modernidad marplatense encarnadas en estupendos ejemplos del arquitecto catalán: la galería de las Américas y el edificio-galería Rivadavia. 

Nuestro cálido y entusiasta anfitrión fue en este caso el arquitecto Maxi Calvo quién nos explico ambas obras mientras las recorrimos.
La galería de las Américas con su fachada de piezas de hormigón armado —tipo parasol— revestidas en una venecita roja, es un estupendo compendio del manejo de la luz natural a través de cuatro lucarnas constrúidas  con unas cubiertas de paraboloídes hiperbólicos recubiertas con piezas de vidrio, crean un efecto caleidoscopio y llevan la luz natural a una planta profunda en el centro de la manzana. La torre que se erige a partir de ella no fue ejecutada por Bonet.






















Terminamos el recorrido en el edificio-galería Rivadavia, como dijimos con el equipo, un edificio típicamente marplatense que reformula tipológicamente la clásica torre con basamento, utilizando a la bóveda catalana de hormigón armado como elemento constructivo predominante. Remitimos a nuestros lectores al reciente posteo que sobre esta gran obra hicimos.





















Después del mediodía y luego de tres intensos y hermosos días retornamos a Buenos Aires a las nueve de la noche.


Agradecemos a Gabriela Grisolia y Martín Cohen por la organización de la logística previa al viaje en los talleres de la FADU UBA y FAU UB, al equipo docente que se implico: Sofía Han, Atilio Pentimalli, César de Lucca, Santiago Lorenzo, Carlos Jurado, Fran Tamargo, Nacho Llaneza, Iván Sipavicius, Nicolás Stiberman, Luciana Bringas, Rosendo Gagliano, Silvina Valle, Tomás Hausemer, Martín Cohen, Leonel Barila y a los estudiantes que participaron del viaje, 

A Mairon Saavedra e Iván Sipavicius por los estupendos sets de fotos grupales y otras que aportan a estas crónicas también del equipo docente.
A nuestros anfitriones que tan cálidamente nos recibieron en las obras  en Mar del Plata y Chapadmalal y gracias a todos por el entusiasmo y la implicancia!

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