En el próximo viaje al URUGUAY, el taller seguirá la RUTA DE DIESTE.
El Maestro del ladrillo armado construye en 1967 junto con el arq. Alberto Castro y el Ing. Raúl Romero la Iglesia de San Pedro, en la localidad de Durazno. En 1967, un incendio destruye la cubierta superior de la iglesia. Esta se componía de una falsa bóveda de metal desplegado y yeso y una cubierta de chapas de zona dispuestas sobre estructura de madera, resultando además gravemente dañadas las naves laterales. Resultaba prácticamente imposible la reconstrucción de lo desplomado, solicitada en principio por las autoridades parroquiales, por ello atendiendo además al hecho que fachada y pórtico de entrada no habían sufrido daños su propuso una nueva construcción de las naves y presbiterio, manteniendo la fachada que enfrenta a la plaza.
La solución en base a láminas plegadas respetó el plan basilical original, mejorando incluso su utilización (fueron suprimidos los pilares que normalmente separan la nave central de las laterales, ampliando el espacio para las grandes festividades como la Navidad o la Pascua). Los muros laterales de la nave central están tratados como grandes vigas pre comprimidas que salvan treinta y dos metros de luz y que soportan por un lado las losas de ladrillo del techado de las naves laterales y la cubierta de la propia nave central que se compone de una lámina plegada y pre comprimida de ladrillo de tan sólo ocho centímetros de espesor que también salva los treinta y dos metros de luz.
Un capítulo aparte merece el rosetón sobre el atrio. Existía una modesta ventana en ese lugar que en principio se había decidido mantener. Hacia el final de la obra y pensando que esa imagen relativamente pobre (visual y espiritualmente hablando) de la iglesia sería lo último que los fieles verían se resolvió introducir una modificación. El resultado fue un ingenioso rosetón compuesto de hexágonos irregulares concéntricos, formados (a excepción del más pequeño) por láminas de ladrillo de cinco centímetros de espesor. El efecto espacial, plástico y lumínico esta sumamente logrado y el rosetón contribuye eficazmente al clima general de recogimiento presente de la iglesia. (1)
(1) Eladio Dieste, La estructura cerámica, Ed. Escala, colección Somo-Sur, Colombia, Bogotá, 1987.
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