El gran crítico Vincent Scully decía: "un escenario para la vida, el Teatro del Mondo rossiano, medido por un tiempo que parece infinito... Qué falto de decoración, que inteligentemente no diseñado aparece todo! Más de una generación antes, un discípulo de la Bauhaus escribió un libro titulado Un camino más allá del arte, con el fin de demostrar la mayor pertinencia del "diseño" en el mundo moderno, el cual permanenciendo invariablemente en el espíritu de nuestro tiempo, podría sustituir con rapidez al "arte". Todo es al revés para Rossi. Para él el arte resuena en todas partes, desaparece el diseño y surgen escaleras, muros, tiempo..." (1)
Y nada más apropiado en Rossi que construye este teatro flotante como encargo de la comisión conjunta de arquitectura y teatro de la Bienal de Venecia en 1980, es decir hace ya 30 años...
Inspirado en los pabellones flotantes del siglo XVII, estos teatri del mondo, eran baldaquinos circulares, estructuras efímeras, que alteraban por un momento la imagen de la ciudad...
Rossi inspirado en su idea del "tipo" una forma emergente de la ciudad y de la historia, más allá de la utilidad contingente del "diseño" de cualquier programa, redifine la arquitectura de los años ochenta como una disciplina formal implicada con la analogía, en un proceso linguístico de semejanzas y destrucciones.
Más adelante agrega Scully: "¿Por qué la obra de Rossi es la más conmovedora de las que se crean en nuestros días? ¿Será que Rossi es el mejor arquitecto-pintor de las últimas décadas?... Lugares, ahí esta la clave. Rossi crea lugares, piazzas, escenarios para la vida, todo ellos iluminados por una metafísica luz itialiana, como en el Teatro del Mundo..." (1)
(1) Vincent Scully, Aldo Rossi, Obras y proyectos, ed. GG, Barcelona, 1985.
Imágenes de dibujos de AR, planimetrías, fotos de maqueta, fotos de la obra en Venecia, su posterior reconstrución en Génova e interiores.
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