Corría principios de los años 70, y al fondo de mi casa de la infancia en Vicente López, se comenzó a construir una casa muy rara, según los canones a los que estaba acostumbrado a ver.
En Vicente López -mi barrio- predominan las casas inglesas, de techos de tejas francesas, bow-windows, carpinterías de madera de vidrio repartido y paredes encaladas, mayormente de blanco; además de tener muchos árboles en las veredas y los jardines.
Así que para mí, en esa época y con 10 años, fue toda una aventura ver cómo se construía la casa del fondo de mi casa.
Entre mis juegos, que compartía con algunos amigos, fundamos un diario, Ecos Clasificados de Vicente López. Sin saberlo conscientemente, me transformé en una especie de cronista cultural y se me ocurrió escribir una nota que titulé "Las Casas raras de Vicente López". Por supuesto la nota no la conservo, aunque sí recuerdo su espíritu. Hablaba en ella de que las casas de mi barrio tenían techos de tejas, paredes perpendiculares al suelo, bow windows y todas esas cosas eran las "normales" para mí. En cambio en las Casas Raras, el techo y las paredes eran una sola cosa y estaban inclinadas, no había tejas, las ventanas eran por demás extrañas, no había vidrios repartidos, erán diminutas y cuadradas, había espejos en su interior que reflejaban el techo y además lo más raro de todo era que el techo era un jardín y la casa encerraba a los árboles en su interior!
Obviamente el ejemplo para ilustrar mi nota era la casa del fondo de mi casa.
Yo vivía sobre Gaspar Campos al 1400 y la Casa Rara estaba sobre Monasterio, calle paralela a la mía y a la misma altura. Compartía el fondo, así que tenía sobre la misma una vista privilegiada.
En ese momento no sabía nada de arquitectura y mucho menos de su autor -Clorindo Testa-.
Con los años supe algo más de esa extraña casa... Que su autor era un gran arquitecto, que tenía a Le Corbusier como referente, y mezclaba los principios de los Cinco Puntos para una Nueva Arquitectura, entre ellos la terraza-jardín, con una particular visión de la criolla casa de patios. Por eso encerraba a los árboles, como los cipreses del frente y el laurel del fondo, con pequeños patios que esquivaban con sus muros su posición original, respetándola.
Más raros aún eran los espejos que colocados en planos verticales producían vistas fragmentarias y múltiples en el interior. Después supe que Testa además era un artista, muy relacionado con experiencias del Instituto Di Tella, que por aquellos años en que se construía la Casa Carabassa (así se llamaba la casa rara) llegaba a su fin. Los espejos, el arte cinético y de vanguardía junto las instalaciones de Marta Minujin como la Menesunda, erán parte del acervo cultural del arquitecto, quién había participado activamente de esas experiencias.
La Casa Carabassa, es una casa de múltiples patios y terraza-jardín, un ejemplo notable de la arquitectura de Testa de aquellos años. Originalmente los muros estaban bolseados y pintados de un amarillo que con el verdín natural marcado en las juntas de los ladrillos de los muros inclinados, le daba un tono muy particular. Hoy esos muros están pintados de un celeste neutro, y dado que hace muchos años que no la visito por dentro (no dije que mi vecino del fondo era un amigo de la infancia); no sé si aún están los espejos!
Agradecemos por el material gráfico de la Casa Carabassa al taller Lombardi de la FADU UBA y por el link a Diego Rodriguez.
1 comentario:
Muy bueno!
Publicar un comentario