René Magritte nació en Bélgica en 1898, y pintó algunas de las obras más memorables del movimiento Surrealista. Sus pinturas son fuente de inspiración en los medios mucho más que cualquier otro artista de su generación, un ejemplo es la imagen del humorista Tute de la Revista La Nación que reproducimos, parodiando uno de sus cuadros más famosos: Ceci n'est pas une pipe de 1928/29.
Fue uno de los surrealistas más originales, acá lo vemos posando junto a Marcel Duchamp, Max Ernst y Man Ray en una exposición propia. Sus obras se implican con el silencio de un mundo inquietante y como dice preclaramente John Berger, evocan lo imposible...
Vivió como un monje recluido en la Nº 97 Rue des Mimosas en Bruselas, cultivando la interioridad de su casa... Reproducimos una carta donde escribe y dibuja la planimetría de esa casa y él posando frente a su pulcro caballete enfrentando la ventana que da a la calle.
Examinemos algunos ejemplos de su obra. L'Assasin Menacé. El asesino está de pie escuchando un disco en el gramófono —Magritte con frecuencia utiliza la idea del sonido para poner de manifiesto las limitaciones de lo visual—. Dos policías de civil lo esperan escondidos en un rincón para arrestarlo. Al otro lado de la ventana, tres hombres contemplan la espalda del asesino. Se nos muestra todo y no se nos muestra nada. Vemos un suceso concreto en un escenario determinado, pero todo es un misterio, el asesinato cometido, el futuro arresto, los tres hombres que miran por la ventana. Magritte mismo denominaba su programa pictórico como la Empresa del Misterio (L'Emprise du Mystere).
Otra obra temprana: La Femme Introuvable. Muestra una serie de piedras de formas irregulares fijadas con cemento. Estas piedras enmarcan el cuerpo de una mujer desnuda y cuatro grandes manos que intentan tocarla. Sin embargo, aunque las manos logran abrirse paso a tientas entre las piedras, la mujer siempre las evita...
Un tercer cuadro tiene por título Le Musée d'une Nuit. Esta obra representa cuatro estantes en una alacena. En uno de ellos hay una manzana; en otro, una mano; un trozo de plomo en el tercero. La cuarta abertura tiene pegado o prendido un trozo de papel agujereado con unas tijeras. A través de los agujeros no vemos más que oscuridad. Sin embargo suponemos que lo significativo, el objeto de la noche plenamente revelador, está depositado, detrás del papel que cubre el cuarto estante...
En su famosa pipa, hizo que los dos lenguajes, el visual y el verbal, se anularan mutuamente "Esto no es una pipa" frente a la representación de una pipa hipér realista.
¿Cuál es el sentido de esta constante anulación? Una pista tal vez la da el propio Magritte en uno de sus escritos:
"Lo único que tiene valor para el pensamiento es el Sentido, que es el concepto moral de lo Imposible".
Concebir lo Imposible es difícil y Magritte lo sabía.
Hay cuadros de Magritte que van más allá de esperar una sensación de imposibilidad. Un ejemplo es esa rosa gigante que ocupa toda una habitación, y cuyo título es más enigmático aún La Tomeau des Lutteurs (1960) (La Tumba de los luchadores).
El juego con la escala y el absurdo de la imagen es elocuente.
La obra de Magritte deriva de una profunda crisis social y cultural que los surrealistas en conjunto encarnaron en sus obras. René Magritte fue un creador de imágenes imposibles, un poeta del absurdo...
Referencias bibliográficas:
JOHN BERGER, Mirar, Magritte y lo imposible, Ediciones de La Flor, Buenos Aires, 1998.
RENÉ MAGRITTE, Signes et images, prefacio de Harry Torczyner, Ediciones Vilo, Páris, 1977.
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