viernes, 27 de noviembre de 2009

TERRITORIOS-Turner






William Turner, nace en Covent Garden, (Londres) en 1775.
Una constante de su vida fueron los viajes. Viajaba casi todos los años, siendo Venecia uno de sus lugares preferidos.

El crítico inglés John Berger dice en un texto preclaro: "su padre tenía una barbería en una callejuela del centro de Londres" y agrega: "el clima de una pequeña barbería londinense: agua, espuma, vapor, metales relucientes, espejos empañados, blancas palanganas en las que el barbero agita con la brocha un agua jabonosa..." (1)

Turner era un pintor de territorios, de climas.
Pintó como nadie lo había hecho antes, paisajes no como escenas estáticas, sino plenas de dinamismo y también de indefinición...
Es, y en esto fue un precursor, un artista que cultivó la idea de "la obra abierta".
Es decir: obra inacabada o inconclusa.
También en todo territorio, si es que no pretendemos "reducirlo a una idea" hay algo de inacabado, de "infinición" o el infinito alojado en él...
Un territorio no es definitivamente definible...
Y Turner, más que un paisajista (un modo reductivo de definirlo) fue un pintor que cultivó la pintura como Territorio.
Territorio de exploración desde ella misma, no como representación de... una idea...

Así Turner fue un precursor del arte moderno.
De Monet a Rothko pueden rastrearse sus huellas.

Pintó atmósferas, crepúsculos, desechó la perspectiva líneal y fue así quien comenzó a romper una tradición iniciada en el Renacimiento.
Tampoco pueden explicarse Cézanne o Picasso sin él...

La obra de arte como TERRITORIO.
Territorio de exploración, de encuentro, también de fracaso...
La belleza, o el concepto de lo bello dejó de lado ya en su obra la idea de unidad. Lo bello comenzó también a ser lo deflecado, lo indefinido, lo inabarcado, en definitiva, Turner inaugura con sus TERRITORIOS, la belleza como lo sublime, lo que está MAS ALLÁ DEL LÍMITE, TAMBIÉN...

(1) JOHN BERGER, Mirar, Ediciones de la Flor, Buenos Aires, 2005.

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