En 1980 Luis Barragán, recibe el prestigioso Premio Pritzker de Arquitectura, algo así como el Nobel para los arquitectos.
Y como es tradición en estos casos, el arquitecto pronunció un discurso referido al evento.
En el trató diversos temas, relacionados con su obra, como la religión y el mito, la belleza, la soledad, el silencio, los jardines, etc. Reproducimos aquí, la última parte del discurso, en donde Barragán se refiere a la Arquitectura y dice:
"Mi obra es autobiográfica, como lo señala Emilio Ambasz en el libro que sobre mi trabajo publico en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Son los recuerdos del rancho con los caballos, de la provincia... Es mi trabajo la transposición al mundo contemporáneo de esa nostalgia...
Desde la infancia disfruté de la arquitectura popular; de las paredes blanqueadas de cal; de la alegría y el embrujo de paz de los patios y las huertas; del colorido de las casas; de los acueductos y los abrevaderos y trojes. En fin, de tantos espacios logrados con tanta belleza y espontaneidad en el campo y la provincia. Más tarde aprecié y acepté la influencia de la arquitectura popular de los pueblos del norte de Africa: Marruecos, Túnez y otros.
Como católico visité con frecuencia conventos e iglesias, siempre he sentido bienestar y paz en los claustros y en los espacios religiosos.
De toda esa tradición he querido trasponer, renovándola, la manera tan bella en que se resuelve el problema de la vida comunitaria, para poder dar al ser humano esa dosis de "sabor", que le procure el recogimiento y la vida interior que faltan en las ciudades modernas.
La arquitectura es acción visual. debemos saber mirar en forma espontánea para que no nos domine el análisis. Quiero mencionar aquí, a manera de homenaje, el nombre de un gran amigo que con su infalible gusto estético dirigió muchos de nuestros pasos, el pintor Jesús (Chucho) Reyes Ferreyra. Un gran maestro que humilde y cariñosamente nos enseñó a ver.
De la importancia de ver recuerdo los versos de mi querido amigo, el gran poeta Carlos Pellicer:
Por los ojos el bien y el mal
nos llegan
ojos que nada ven
almas que nada esperan
Hay que recrear y renovar la nostalgia, volviéndola contemporánea, porque cada vez que la arquitectura ha cumplido con las necesidades utilitarias y de funcionamiento, tiene todavía delante de sí otros logros que alcanzar: la belleza y el atractivo de sus soluciones, si quiere seguirse contando entre las bellas artes...
Actualmente procuramos, con mi socio Raúl Ferrara y nuestro pequeño equipo, realizar nuestro trabajo con los conceptos que hemos venido comentando y que compartimos. Si al lograr reunir en nuestras obras algunos de estos conceptos no logramos resolver los problemas del hombre, al menos cooperaremos a hacer su vida más plena, más hermosa y más llevadera y lo ayudaremos a no caer en la desesperanza.
Muchas Gracias. (1)
(1) Fragmento final del discurso de Luis Barragán, en ocasión de recibir el Premio Pritzker de Arquitectura, 1980, publicado en Luis Barragán, de Yutaka Saito, Noriega editores, México, 1992.
Imágenes de muros de colores de obras de Luis Barragán.
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