No hace falta más que remontarse a la historia para darse cuenta de la colaboración entre ambas disciplinas; en el Medioevo no se puede explicar una catedral gótica sin su estatuaria, y tal vez el ejemplo paradigmático sea el de Miguel Ángel que cultivó ambas disciplinas con igual maestría, y un ejemplo superlativo, entre otros lo sea la Capilla Pazzi en la Basílica de Santa Croce, Florencia.
Más acá en el tiempo Le Corbusier fue una excepción a la regla y la modernidad en general, separó las aguas, con la especificidad de ambas disciplinas. Arquitectura y Escultura, comenzaron a recorrer caminos paralelos, que no siempre se cruzan...
La obra de Francisco Salamone, que visitamos con el taller recientemente constituye un raro ejemplo por estas pampas...
"Sus esculturas resultan elementos de alta singularidad que se distinguen en la composición" (1) , especialmente en los portales de los cementerios de Laprida, Azul y Saldungaray, que mostramos aquí.
En los casos de Azul y Laprida se adjudica la autoría de las piezas (el Cristo en la Cruz y el Arcángel San Gabriel o Ángel Vengador) al escultor Chiérico. En cuanto a la Cabeza de Cristo en Saldungaray, parece haber sido obra del mismo arquitecto Francisco Salamone, sin haberse encontrado documentación que así lo refiera.
En todos los casos, las piezas no aparecen solas, sino por el contrario están enmarcadas como lo erán lo antiguos edículos que alojaban esculturas en el medioevo en las catedrales, por un marco imponente de ruedas gigantes (Saldungaray), conos y cruces gigantes (Laprida) , pedestales y letras gigantes (Azul). Todo lo cual potencia el caracter escenográfico y monumental de la obra.
(1) FRANCISCO SALAMONE EN LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, VOL. II, Alejandro Novacovsky, Felicidad Paris Benito, Silvia Roma Editores, Mar del Plata, Buenos Aires, 2004.
Fotos de Facundo Bence Pieres y AVB, esculturas en los cementerios de Saldungaray, Laprida y Azul.
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