domingo, 10 de julio de 2016

EXPERIMENTAR; Poéticas desde la frontera. AMANCIO WILLIAMS. PABELLÓN BB

"En las fronteras del pensamiento las cosas no acaban de pasar, por ello cesa la productiva temporalidad de lo acabado, y las cosas quedan —a veces— pasando o por pasar. Una poética de lo inacabado: la ruina.
Las ruinas en su singularidad son lo más viviente de la historia, pues sólo vive históricamente lo que ha sobrevivido a su destrucción, lo que ha quedado en ruinas. Y un edifico venido a menos no es, sin más, una ruina. Algo alcanza la categoría de ruina cuando su derrumbe material sirve de soporte a un sentido que se extiende triunfador. Supervivencia, no ya de lo que fue, sino de lo que no alcanzó a ser. La vida de las ruinas es indefinida y más que ningún otro espectáculo despierta en el ánimo de quien las contempla la impresión de una infinitud. 
Las ruinas dejan visible en su amplitud el horizonte y como bien lo señala Kusch, son expresión de “esa cultura autóctona que se detiene a mitad de camino sin alcanzar la integridad, prueba de su fracaso”. 

Poéticas del fracaso, todo edificio devenido en ruinas comparte el linaje de un mundo frustrado.
El pabellón Bunge y Born fue proyectado como un encargo temporario para la Exposición Rural (Palermo, Buenos Aires,1966) por Amancio Williams, quien diseñó el equipamiento interno de la muestra junto a la artista concreta Lidy Prati.
Luis Santos —Director de la Obra— lo recuerda: “El equipamiento fue realizado como Amancio y Lidy lo habían decido; desde el más tenue matiz del color hasta el penoso trabajo de selección de la tipografía; con cuidados, una vez más, magistrales… Amancio era la obra”. Y “todo empezó como empiezan todas las obras: con un dibujo sobre la tierra. Durante ése período de gracia, no imaginábamos la demolición”. 
Amancio había pensado la obra para que perdurara, por eso el hormigón armado, pero la permanencia le estaría vedada.
De la maravillosa documentación que pervive a esta obra maestra de la modernidad rioplatense, nos impresiona particularmente el conjunto de  fotomontajes con fondo azul, realizados por Williams después de la demolición. Uno en particular muestra a las bóvedas sin la parte inferior del pabellón, invadido por Grandes vegetaciones, especie de cosmogonía vegetal que amputó la conexión con la tierra.
El mundo frustrado del pabellón BB nos recuerda ese fragmento preclaro de Kusch, en la Seducción de la Barbarie:  “Alguna similitud mantiene el creador de los templos y el paisaje —americano—. En ambos, la forma es una defensa, que aquí se manifiesta en el vegetal. El hombre —americano— crea un templo como un árbol, generando, mediante la profusión de caras geométricas y gesticulaciones grotescas, un medio para contrarrestar con inteligencia la presencia de la selva… Pero como la serpiente, que se muerde la cola, retorna con la forma hierática a la infinita creatividad de la naturaleza y a su fijación demoníaca vegetal. Es un mundo creado a la defensiva, tiene los rasgos de aquel de quién se defiende. Ha tomado del paisaje, por una suerte de identificación masoquista e intelectual con el contendiente, la forma, que despojada de su contenido vital, para quedarse con su geometrismo estilizado”. 
Las bóvedas tenían la gracia de dos árboles intocados. “Vértices ordenados por una diagonal que conocíamos y veríamos moverse por haberla fijado con respecto a unas pocas estrellas del cielo… Se achicaban y agrandaban con las ráfagas de aquel viento y la resonancia de la física elemental. Todo era Modulor”
El contacto con esta forma sonriente y fría de la vida fue breve; el pabellón fue demolido al poco tiempo de la inauguración. De nada sirvieron las gestiones del arquitecto por evitarla. De toda ruina emana algo divino, algo divino que brota de la misma entraña de la vida humana; algo que nace del propio vivir humano cuando se despliega en toda su plenitud sin que haya venido a posarse como regalo concedido de lo alto; algo ganado por haber apurado la esperanza de su extremo límite y soportado su fracaso y aún su muerte: el algo que queda del todo que pasa”… (1)

 (1) ATILIO PENTIMALLI, ALEJANDRO VACA BONONATO. 2016. Experimentar: Poéticas desde la frontera. Ed. Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto,  Dirección General de Asuntos Culturales, Argentina.
fotografías archivo WILLIAMS: documentación gráfica del Pabellón BB, Amancio Williams sobre las bóvedas durante la demolición,  Serie foto-montajes azules de Javier Agustín Rojas, fotografías del prototipo experimental realizado en los jardines de la antigua casona de Belgrano de AW.
















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