Concebida por Jorge Scrimaglio, con 25 años recién recibido y ejecutada bajo su dirección con un grupo de jóvenes alumnos y alumnas en 1962, el espacio del que se disponía era bastante ingrato: encajado en una arquitectura de fines del siglo XIX y de proporciones poco favorables (5 metros de largo por 3 metros de ancho y 5 metros de altura). El sólo elemento positivo era la luz proveniente del hall vecino, de techo enteramente vidriado. El piso de la capilla está ubicado 40 cm. más bajo que el del hall. Se ingresa descendiendo 3 escalones luego de atravesar un corredor de techo bajo con un paramento lateral que permite entrever el interior. La construcción, con sus ensambles y detalles ha sido enteramente realizada (y modulada), mediante tirantes de pino Brasil de 5x5 cm. de sección que se apoyan unos con otros a partir del suelo. Muy bello en si mismo, este material ha sido simplemente protegido por una capa de cera natural. El piso es de baldosas cerámicas roja; los muros son blancos; todos los objetos sagrados son de cobre o madera (como el altar, la cruz, el atril).
Al fin de dejar que un espacio tan reducido tenga el mayor juego posible, no se han instalado sillas ni bancos. Unos pequeños tapices de lana rústica colocados en el suelo sirven para arrodillarse…" (1)
La capilla del Espíritu Santo ubicada en la casona de la calle Buenos Aires al 900 (Rosario) ha sido desmontada en 2011, para construir allí una torre de departamentos…
Esta obra de notable valor arquitectónico y espiritual ha sido parte del envío Argentino a la XV Bienal de Arquitectura de Venecia.
(1) Texto de la memoria del arquitecto.
(2) Foto 1 Jorge Scrimaglio, junto a Ana Arlia, Atilio Pentimalli y Alejandro Vaca Bononato en la confiteria Petit Colón de Buenos Aires, con el libro EXPERIMENTAR, POÉTICAS DESDE LA FRONTERA, del XV Envío Argentino a la Bienal Arquitectura de Venecia.
(3) Set fotográfico de la capilla del Espíritu Santo, antes de su destrucción, por Walter Salcedo.
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