Louis Kahn proyecta esta sinagoga en su ciudad de adopción, Filadelfia, entre los años 1961 y 1972. En ese largo tiempo el trabajo pasó por sucesivas etapas y cambios.
Finalmente la obra no se construyo.
Su hija Sue Ann, en alguna oportunidad remarcó que el mayor disgusto profesional que sufrió su padre, fue no haber podido llevar adelante esta obra.
Era la primer oportunidad de Kahn de construir un espacio religioso, dedicado al judaismo (su religión) en su ciudad, aunque ya contaba con más de 60 años de edad.
Es tal vez este el diseño más complejo y rico que haya afrontado, y seguramente una de las obras maestras de la arquitectura del siglo XX sin construir.
Hay muchas formas de abordar este notable proyecto. Desde su reformulación del ritual y su relación con la tradición mística judía, la repetida idea de Kahn de "rodear a los edificios de ruinas", las sutiles citas a la historia de la arquitectura, sobre todo los castillos en Escocia y otras construcciones medievales como la catedral de Santa Cecilia en Albi, o la forma magistral que el arquitecto tenía para manipular la luz e inventar una nueva tipología de aventanamientos: "las torres de luz", o el rol que esta obra tuvo en definitiva en toda la producción posterior del arquitecto.
Mucho de lo aquí proyectado será efectivamente construido en el Parlamento en Dacca, en donde por vez primera construirá un espacio religioso, en este caso una mezquita. Las ironías del destino hicieron que tampoco pudiese llevar a cabo otro proyecto para una sinagoga, en este caso la de Hurva, en Jerusalem.
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