martes, 4 de agosto de 2009

Ricardo Bofill






Fundado por el arquitecto catalán en el año 1960, su estudio se ubica en un exótico lugar de Barcelona. ¿Qué arquitecto no desearía vivir en una ruina romana? Bofill encuentra en el año 1974 una vieja cementera abandonada y decide allí ubicar su estudio. Más allá de lo exagerado del tamaño, los costos y ostentación, no deja de ser una interesantísima operación artístico arquitectónica.

Y por sobre todo una pos-moderna operación programática. Cómo a una forma dada se la modifica y adecua para alojar un programa ajeno a su origen. Una maquina funcional como una fábrica se transforma en un estudio de arquitectura. ¿Como era esa máxima modernista de que la forma sigue a la función? con este ya añejo ejemplo, vemos con claridad una vez más, que no existe una sola forma de ver y hacer las cosas.

Demoliendo partes, modificando el estilo o lenguaje dado y agregando el nuevo y personal estilo, Bofill armó una nueva composición citando la arquitectura del iluminismo y la clásica ansia de búsqueda arqueológica que todo arquitecto lleva en la raíz de su título.

Para leer más:

http://www.ricardobofill.es/es/7341/Arquitectura/Ricardo-Bofill-Taller-Arquitectura.htm

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta obra esta publicada en la "l`architecture d`aujourd`hui"
nº182, del año 75, tiene unas fotos de la obra y maqeta de estudio bastante buenas, como para complementar el posteo, luego se las adjunto por mail a alejandro.
un saludo
Rodrigo V

gabriel dijo...

me encanta esta obra!! habia visto un par de fotos increibles anteriormente en una revista, y nunca supe de quien era. gracias alejandro!

lucas gilardi dijo...

a77 no es Alejandro!!!