Y el paisaje rioplatense, magnificamente captado por la mirada de Marcos Zimmermann, en ese estupendo libro que es el "Río de la Plata, Río de los sueños" y del que seleccionamos algunas imágenes para ilustrar el presente posteo, es como bien dice el autor:
"El escenario llano, por donde navegaron, en sus caballos de viento, algunos gobernadores de la nada, en busca del confín desconocido del Rey Blanco…"
Quienes lo navegan, son poseídos por una alucinación plateada, como Francisco López de Gómara, que en la Historia de las Indias (1552) ya decía:
"Hay peces puercos y peces hombres, muy semejantes en todo al cuerpo humano… Hay señales de plata, perlas y piedras. Llaman a este río de la Plata y de Solís, en memoria de quién lo descubrió… Tiene su boca veinticinco leguas y muchas islas…"
O como uno de sus primeros cronistas Ulrico Schmidl que en un viaje por sus aguas, allá por 1567, contaba las historias de canibalismo de los indios Charrúas y también de los españoles, que paradojalmente llamaron a una de sus ciudades costeras; Buenos Aires, que quiere decir Buen Viento…
Río plateado, de horizontes infinitos, puede llegar a la calma del absoluto silencio, o la terrible tempestad de una sudestada, en cuestión de instantes, inundando sus costas…
Es lugar informe, casi abstracto en la caprichosa extensión de sus líneas y huellas, y sin embargo a pesar del ascetismo que su paisaje desolado crea, es como bien dice Martínez Estrada:
"Los que se embarcaban venían soñando, quedaban soñando los que se despedían…"
Esperamos implicarnos en sus sueños, en el próximo viaje del taller...
imágenes del libro de Marcos Zimmermann, Río de la Plata, Río de los sueños.
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