Dice John Berger: "Toda imagen es en primer lugar una afirmación de lo visible que nos rodea y que está continuamente apareciendo y desapareciendo". Luego a agrega lúcidamente, que sin la tendencia a la desaparición no existiría el impulso a crear imágenes…
Este movimiento que se implica con el instante de un tiempo fugaz, El Kairos, es sustancial.
ES LA SUSTANCIA MISMA, el FANTASMA que se escurre entre los dedos de nuestras manos y nuestra mirada…
En otro texto preclaro señala Freud que lo "Umheimlich" (lo extraño, lo siniestro en otra de sus acepciones) es la SUSTANCIA MISMA de lo ESTÉTICO, materia de lo que está hecha toda IMAGEN VERITAS,
El SENTIDO de este trabajo de extrañamiento de la mirada, no es más que un comienzo.
Comenzar a entender como son las cosas cuando reposan en si, lejos de toda imagen utilitaria…
Copiamos también una de las memorias de estudiantes del taller (Juan Manuel Talarico y Jorge Giorgi) implicados con éste ejercicio:
El tiempo de Dios
“Una montaña, aun la mas sólida o elevada de todas ellas, la mas pétrea, o
aun la mera roca, es, no obstante su impenetrable dureza, transparente: es sin
reflejo de sí, sin duplicidad y hasta sin identidad…” (H.Mujica)
El ser en si mismo, el relámpago que no tronó y una lengua muerta.
Algunos de ellos vivos e inexistentes a la vez. A su alrededor un tiempo
que se extingue, dentro, una nostalgia futura, un pasado que nunca vivimos o un
presente dividido en dos: el origen y el destino.
La montaña es, porque se deja ser. Es en su totalidad, la esencia
permanente. El “lenguaje” natural de un “sin porque”. Una rosa que es “sin
porque”, florece porque florece. La esencia humana es como la rosa que esta en
la vida por un acto de gratuidad, es decir, nacemos sin haber estado para
elegir nacer y morimos sin estar del lado de la muerte para llamarnos a morir.
Estamos en dos abismos de gratuidad, en el medio, podemos creernos el personaje
principal de “el todo” o podemos pensar que “el todo” tiene un sentido que no
lo necesitamos poner nosotros mismos con la razón, sino que si se lo escucha y
si se lo deja expresar, “el todo” va a mostrar su sentido.
“…Yo dejo que la vida me cuente a mi, lo que esta
aprendiendo viviendome…” (H.Mujica)
“El relampago lo guia todo” (Hölderlin)
Ponerse a la escucha de las cosas para entender su sentido desde ellas
mismas, como el relámpago que enciende su propio apagarse. Todas las cosas
tienen un momento de resplandor que si se captan, existen, sino, queda el
trueno, el ruido.
El silencio y la palabra.
La palabra como autoridad de las cosas. Son definidas, son congeladas y
limitadas.
El silencio como la suspensión de ser el dueño de uno mismo y de las cosas
que nos rodean a través del nombrar.
El silencio y la esencia.
El silencio encarnado, es volverse escucha, y volverse escucha es volver a
la esencia, convirtiendo asi el sentido del hombre “el hombre es el animal que
habla” (Aristoteles) a “hombre es el animal que escucha” ya
que el habla de las personas se da por una capacidad innata del ser humano que
es el escucha del las cosas.
Por (L.A. Spinetta)
Árbol, hoja, salto, luz,
aproximación,
mueble, lana, gusto, pie,
te, marcas, miradas
Nube, loba, dedo, cal,
gesticulador,
hijo, cama, menta, sien,
rey, fin, sol, amigo, cruz.
Alga, dado, cielo, riel,
estalactita, mirador, corazón.
Hombre, rayo, felpa, sed
extremidad, insolación, parecer.
Clavo, coito, Dios
temor, mujer, por.
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