"Si la iglesia de Nuestra Señora de Fátima fue el preludio de aquello que anunciaba una nueva posibilidad de construcción de nuestro Ser y Estar americano y una nueva interioridad la Iglesia de Santa María de Guadalupe (1964-1966) es la concreción de esa nueva visión. Es la obra Maestra; y hay que comprender que dicho pasaje no fue fácil, incluyó un tramo de exilio interno, escuchémoslo a Caveri:
“El sendero aparecía en su primer tramo como exilio interno,
focalizado en un suburbio casi campero del gran Buenos Aires. Trabajo en la
tierra, conejos de angora, autoconstrucción, y esa casa mía… ¿sin planos?...
pequeña carpintería y los primeros muebles de algarrobo.
A eso que se llamó Comunidad Tierra le crece una escuelita, entre
chamamés, rifas y barro y un corazón entregado, el de mi compañera.” Y la
construcción de Santa María en Moreno se consuma en este clima. “En ese
silencio sin TV, los primeros alegres y dolorosos intentos comunitarios, crece Santa
María en Moreno, y el Jacarandá en Reconquista, Santa Fe, y apuntes para El
hombre a través de la arquitectura, junto al voto en blanco y como telón de
fondo el NAPALM sobre Vietnam.”
Santa María es la consumación de esa visión oscura que como nueva interioridad comenzó a gestarse en Fátima.
Y es importante comprender que por un lado no existe ya más el
divorcio entre el orden estructural y la realidad del espacio construido.
Ya no hay esa separación dual de un espacio puro, abstracto, nacido
del intelecto de la pura luz de la razón, y un rígido orden estructural por el
otro.
(1) Extracto del libro CLAUDIO CAVERI, Maestros de la Arquitectura Argentina, Alejandro Vaca Bononato, Ed. Clarín ARQ-IAA FADU UBA, Buenos Aires, 2014.
Agradecemos por el material fotográficos a los estudiantes del taller.
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