domingo, 25 de agosto de 2019

VIAJE A CÓRDOBA, Estancia de Alta Gracia

En el próximo viaje del taller a la provincia de Córdoba, visitaremos la estancia de Alta Gracia.
Las estancias jesuíticas erán centros fabriles y se crearon como sostén de la institución que la Orden de San Ignacio de Loyola, había fundado en Córdoba.
Una inteligente planificación general de la producción con destino diferenciado para cada institución, el producido de Alta Gracia estaba asignado al mantenimiento del Colegio Máximo.
Alta Gracia, ubicada a 40 km al sudoeste de la ciudad de Córdoba, fue la cuarta estancia en orden de aparición, originalmente en las posesiones de Juan Nieto, heredada estas tierras por Alonso Nieto Herrera, este cede las tierras en 1643 a cambio de su admisión en la comunidad jesuítica.
Las estancias y misiones son un claro ejemplo de ese Pre-urbanismo americano, antes del recinto europeo... modelo de colonización y mestizaje que con la expulsión de la Orden en estas tierras fue descartado como tal.
La estancia de Alta Gracia es un núcleo asentado que sutura la pampa y las sierras, un eje longitudinal marca la organización básica. Hacia el norte se ubican la Iglesia y la Residencia, al sur el Obraje y la Ranchería.
El conjunto arquitectónico está determinado por las cuatro funciones básicas de culto, residencia de los religiosos, obraje y vivienda de peones y esclavos, todos ellos desarrollados alrededor de patios cuadrangulares. En la residencia e iglesia participó, entre otros el HCJ Andrés Bianchi, uno de los primeros arquitectos argentinos durante la época de la colonización. El periodo de construcción del conjunto fue un largo proceso que termino en 1762. El templo hay documentos que dicen que comenzó a construirse en 1723.
Cuando los jesuíticas fueron expulsados la propiedad pasó a la administración de la Junta de Temporalidades y a partir de 1773 varios fueron sus propietarios, durante un breve período fue posesión de Santiago de Liniers  y sus familiares. En 1820, fecha en que adquiere la propiedad José Manuel Solares, a su muerte dona los terrenos que estructuran a la actual ciudad de Alta Gracia.
El conjunto fue declarado Monumento Nacional por decreto Nº 90.732 en 1941.






El muro curvo en la arquitectura hispanoamericana es uno de los motivos que aparecen como límite espacial lateral de cubiertas en bóveda y cúpula, y es una solución constructiva que alimentaron las bases de los hacedores de la arquitectura en la América hispana. 
La iglesia de Alta Gracia es uno de estos ejemplos relevantes del uso del muro curvo, con otros referentes notables. 
Todo ellos inspirados seguramente en los templos romanos del tratadista Sebastiano Serlio.
En las imágenes siguientes vemos en secuencia; un templo romano publicado por Serlio, la capilla de Pocito, Guadalupe 1777, Iglesia de San Carlos de las Cuatro Fuentes, Borromini, Roma, 1638, Iglesia de Santa Teresa en Cochabamba 1753 e Iglesia de Nuestra Señora de Alta Gracia, Córdoba, 1723.
Bibliografía: Documentos para una historia de la arquitectura argentina, Arquitectura Colonial, Ediciones Summa, 1987.




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