viernes, 17 de octubre de 2008
Primeros encuentros
De nuestros encuentros cada instante
era una fiesta con el Dios distante:
solos en todo el mundo...
Eras mas valiente y liviana
que el ala de un ave...
Por la escalera
como un mareo acosante
corrias y me llevabas,
entre húmedas lilas,
a tus dominios insondables
por la otra parte del espejo...
Y al llegar la noche
me fue regalada la piedad:
se abrio la puerta del altar
y brillo en la oscuridad la desnudéz
en lento reclinar...
Y al despertar:"Bendita seas"-dije-
y supe que era audaz mi bendición,
dormias tú y se extendian las lilas
para tocar tus párpados
con el azul del universo..
y tu mano cálida..
Y pulsaban los rios en el cristal,
humeaban los cerros,
brillaba el mar,
una esfera de cristal tenias en tu mano,
dormias en un trono elevado...
y Mia eras,Mia,mi Beldad...
Despierta,transformarte el lexico humano..
y la palabra "Tú" mostró
-oh,Arte-
su nueva esencia:"Zar"...
Todo cambió en el mundo,
hasta las cosas mas sencillas
cuando detenida entre nosotros
estaba el agua dura y laminada...
Algo nos llevó Más Allá,
y cual espejismo se distanciaba
-construida por milagro- la ciudad...
A nuestros pies la menta se acostaba,
y las aves seguian nuestra larga ruta,
y los peces iban contracorriente...
y se abrió el cielo ante nosotros...
cuando el Destino nos siguió celoso,
como un loco que lleva una navaja...
Poema de Arseni Tarkovski, padre de Andrei, citado en "El Espejo" película que recomendamos fervientemente por la belleza de sus imágenes y su oscuro sentido y que forma parte de una trilogia junto a Solaris y Stalker y el mayor fracaso comercial de Andrei.
Imagen de "El Espejo" de Andrei Tarkovski, 1974.
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