En el reciente viaje del taller a la ciudad de Rosario, visitamos obras paradigmáticas del patrimonio moderno y contemporáneo de la ciudad. Entre ellas está éste edificio de propiedad horizontal del arquitecto Rafael Iglesia .
Iglesia fue discípulo del gran Jorge Scrimaglio, algunas de cuyas obras visitamos y merecieron sendos posteos del AVBLog.
En este caso mostramos el edificio Altamira, obra construída entre los años 1999 y 2003.
Se trata de una de las obras más interesantes y complejas del arquitecto, entre otras cuestiones por su total reformulación del edificio de propiedad horizontal clásico.
La reformulación es tanto prográmatíca como formal.
Programática pues rompe con el modelo de departamento destinado a una familia tipo, cuestionando la especificidad de sus funciones. El clásico estar-comedor-cocina-dormitorio es remplazado por una planta flexible, donde la cocina-fogón es el foco de reunión.
En términos formales, su estructura en consonancia con el uso que hace Scrimaglio también del ladrillo, es un estibado de vigas de hormigón que re-significan los elementos que componen el edificio según su posición en el espacio. Pueden ser muros, puertas, ventanas, pueden soportar, bordear o desplazarse, y en sí mismas son piezas de un juego radical...
Y frente a un ejercicio profesional cada vez más estereotipado y rígido en sus imaginarios, el edificio Altamira es una gran obra de arquitectura, por la búsqueda de nuevas preguntas, más que por las certezas que nos propone...
Agradecemos por el estupendo set fotográfico a Javier Agustín Rojas.
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